Nuestra Filosofía

Nuestra Filosofía

Siempre privilegio la relación médico-paciente, en la que, este último, ocupa una posición central y primordial.

“El paciente tiene una necesidad, un deseo o incluso una molestia; Sólo escuchándole atentamente, estaré capacitado para responder a sus expectativas”.

Desde mi punto de vista, las mejores tecnologías, deben emplearse como respuesta a un problema especifico. El respeto a mi ética médica y al paciente me impulsa cada a día a resolver las dudas e inquietudes que pudieran plantearse.

Finalmente, sólo la satisfacción y bienestar del paciente es importantes.

“Desde que inicié el ejercicio de la medicina, mi máxima es la de ser fiel a las normas de honradez, rectitud e integridad médicas. Mi primera preocupación será restablecer, preservar o promover la salud en todos sus elementos, físicos y mentales, individuales y sociales.

Respetaré a todas las personas, su autonomía y su voluntad, sin ninguna discriminación según su estado o sus convicciones. Intervendré para protegerlas si son debilitadas, vulneradas o amenazadas en su integridad o su dignidad. Incluso bajo coacción no haré uso de mis conocimientos contra las leyes de la humanidad.

Informaré a los pacientes de las decisiones contempladas, de sus razones y de sus consecuencias.

Jamás traicionaré su confianza y no explotaré el poder debido a mi posición por las circunstancias para forzar las conciencias.

Prestaré asistencia al indigente y a quienquiera que me lo pediera.

No me dejaré influenciar por la sed de ganancia o la búsqueda de la gloria.

Admitiré la intimidad de las personas, guardaré los secretos que me sean confiados.

Al ser recibido en las casas, respetaré los secretos de los hogares y mi conducta no servirá para corromper sus costumbres. Haré todo para aliviar sus sufrimientos. No prolongaré abusivamente las agonías.

Jamás provocaré la muerte deliberadamente. Preservaré la independencia necesaria para el cumplimiento de mi misión. No emprenderé nada que sobrepase mis competencias.

Las mantendré y las perfeccionaré para asegurar el mejor de los servicios posibles que me sean pedidos.

Proporcionaré mi ayuda a mis colegas así como a sus familias en la adversidad. Qué los hombres y mis colegas me concedan su estima si soy fiel a mis promesas; qué sea deshonrado y despreciado si falto a ellas”.

– Dr. Lupanzula